Jornada TIRA PEL(S) DRET(S)

Barcelona 19 de octubre, 2018

 

Intervención en la jornada organizada en el Parlamento Catalán por el Intergrupo de Derechos Sexuales y Reproductivos

Ph: Victoria López

Somos Marea Verde Barcelona, una colectiva feminista, migrante, antifascista, anticlerical, que nació a partir de la búsqueda de encontrarnos con otres que estábamos fuera de la Argentina palpitando la enorme movilización popular que se dio en torno a la presentación del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo por parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Esta campaña lleva como bandera el lema: “educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Como colectiva defendemos el derecho a una educación sexual integral, con perspectiva de género, que permita el desarrollo integral de las personas y el ejercicio libre de sus derechos sobre su cuerpo y su identidad.

En Argentina, en el año 2006, se sancionó la ley 26.150 de Educación Sexual Integral, que se estructura en 5 ejes centrales: perspectiva de género, respeto a la diversidad, ejercicio de los derechos, cuidado del cuerpo y la salud y valoración de la afectividad. A partir de la sanción de esta ley se pretende garantizar a los estudiantes el derecho a recibir una «educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada» de todas las jurisdicciones. Apunta, especialmente, a que se tenga en cuenta la complejidad de la temática, dejando de lado la separación de los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos, incorporándolos en una perspectiva superadora.

La Ley 26.150 tuvo como marco normativo leyes preexistentes como la Ley Nacional de SIDA, el Régimen de asistencia para alumnas madres y embarazadas, la Lay de Salud Sexual y Procreación Responsable y la de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, además de los tratados internacionales a los que el Estado Argentino adhiere en materia de Derechos Humanos.

Dos años más tarde, en 2008, se aprobaron los lineamientos curriculares básicos por parte del Consejo Federal de Educación y se crea el Programa Nacional de Educación Sexual. A partir del mismo se comienza a llevar adelante la formación de los docentes y la producción de material, haciendo hincapié en la educación secundaria y planteando el trabajo transversal entre asignaturas y la incorporación de algunas temáticas en los niveles inicial y primario.

A pesar de que los principios de universalidad, integralidad y equidad constituyen logros importantes en la definición de la ESI como un derecho, nos encontramos frente a un panorama de grandes desigualdades con relación a su aplicación.

Por esto consideramos que es necesario poner en evidencia algunas cuestiones que hacen a la implementación de la Ley:

  • A 12 años de su sanción, solo 9 de 24 provincias han adherido, muchas otras lo hacen de manera limitada o confusa, y tres imponen la educación religiosa en las escuelas.
  • Solo la mitad del profesorado ha recibido alguna forma de capacitación en este tema,
  • La mayoría de ellos siguen relacionando la Ed. Sexual a cuestiones biológicas y, en general, el intercambio con los estudiantes se da de manera informal frente a las demandas que surgen del trabajo diario.
  • A pesar de la gran demanda de los estudiantes, en especial de nivel secundario, la aplicación de la ESI se suele resolver de manera individual, frente a la decisión de cada docente de incluirlo en su currículo y, en el mejor de los casos, por una decisión institucional.
  • Hay un acceso limitado al material producido por el Ministerio, y existe distribución de material apócrifo basado en creencias religiosas.
  • En los últimos meses se han multiplicado los casos de docentes que han sido cuestionados, acosados, e incluso separados de sus puestos de trabajo por trabajar temas relacionados con la anticoncepción, el aborto o el uso de lenguaje inclusivo. El pasado fin de semana, durante el Encuentro Plurinacional de Mujeres, el comando ESI sufrió el robo de todo el material de difusión con el que contaban para trabajar durante el evento.
  • Referido a su financiación, el presupuesto para ESI llegó a reducirse hasta en un 65% durante el 2016, primer año de gestión del gobierno actual, a cargo de la coalición Cambiemos.
  • Esto nos deja ver que el derecho de los niños, niñas y jóvenes de recibir Educación Sexual Integral se ve vulnerado y se aplica a discreción de provincias e instituciones, y hasta docentes dentro de un mismo centro educativo.

A manera de contexto, podemos señalar que, en la última década, se han multiplicado los casos de HIV positivo en la franja de 15 a 24 años y que, según las estadísticas de UNICEF, 7 de cada 10 embarazos adolescentes son no planificados.

Esto se enmarca en un proceso de avance de la derecha en Latinoamérica, que intenta apropiarse del discurso de los Derechos Humanos, mientras que desfinancia los programas que fomentan su ejercicio.

También es importante tener en cuenta que, posterior al 2006, en Argentina se han sancionado las leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género y de Prevención y Erradicación de la Violencia de Género, se ha modificado la Ley de Trata de Personas y reglamentado la ley de Parto Humanizado. Estos hitos en materia de Derechos marcan la agenda y hacen necesario una revisión de la ley y de sus lineamientos para incluir estos factores de avance.

Estas cuestiones han sido parte de los reclamos de los movimientos docentes, estudiantiles y feministas.

En las últimas semanas, se ha aprobado el dictamen que habilita el debate en Diputados para reformar la ley y zanjar estas falencias.

Los principales puntos de reforma que se señalan son:

  • Reafirmar la perspectiva laica y científica de la ley.
  • Declarar la ley de orden público, de manera que todas las provincias deban adherir de igual manera.
  • Eliminar del texto la posibilidad de que los establecimientos educativos adapten la ESI a “su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Los contenidos mínimos curriculares de ESI deben ser de aplicación obligatoria en todas las instituciones educativas de la República Argentina, sean de gestión estatal o privada. Por ejemplo, las escuelas confesionales podrán, como parte de su ideario, recomendar la abstinencia como práctica, pero no cercenar el derecho de sus alumnos a conocer las alternativas de prevención frente a embarazos no planificados y enfermedades de transmisión sexual.
  • Establecer que los contenidos puedan brindarse en forma transversal –como se hace actualmente– pero también en espacios curriculares específicos, es decir, en talleres semanales o materias de ESI.
  • Incorporar preguntas relacionadas con la enseñanza y aprendizaje de la Educación Sexual Integral en los operativos de evaluación del sistema educativo nacional.

El texto fue consensuado por representantes del oficialismo y la oposición y busca que evitar resquicios para que las provincias más conservadoras y los sectores antiderechos obstaculicen su aplicación.

Frente a este proyecto de modificación, encontramos de nuevo a distintos grupos fundamentalistas. Durante la lucha por el aborto, uno de los argumentos más escuchados era que el aborto no era la solución, y que lo que necesitábamos era más educación sexual. Hoy, son esos mismos grupos los que están intentando impedir que se modifique la ley, bajo la consigna de “con mis hijos no te metas”, con una campaña que evidencia una fuerte financiación desde los sectores más conservadores.

A nivel general podemos enumerar algunas de los puntos cuestionados:

  • el concepto de “género”, considerado por los sectores conservadores como una “ideología” que cuestiona el “natural” ordenamiento de los hombres y las mujeres.
  • el tratamiento de la diversidad sexual, rechazada por la iglesia
  • la difusión de información sobre métodos anticonceptivos y de prevención de infecciones de transmisión sexual, ya que el Consejo Superior de Educación Católica aboga por la abstinencia y los llamados “métodos naturales de regulación de la fecundidad”.

El gran demonio para estos sectores es la llamada «ideología de género». Desarrollada en Latinoamérica por personajes como abogado Jorge Scala, que sostiene que es «más dañina que la Nazi o el Marxismo, porque destruye la parte nuclear de la persona, su antropología sexual» y que pretende la construcción del nuevo ser humano, de forma que el hombre y la mujer no sean iguales, sino idénticos.

Siguiendo estas teorías, el arzobispo de La Plata ha publicado un decreto para prohibir este abordaje “diabólico” en los colegios de su diócesis.

Durante el dictamen, con carteles, rezos e interrupciones, los antiderechos aseguraron que «los primeros educadores son los padres» y volvieron a encontrar eco en diputadas como Marcela Campagnoli (Coalición Cívica), Gabriela Burgos (UCR) y Flavia Morales (Frente de la Concordia Misionero). Las diputadas conservadoras mostraron nuevamente su rechazo al aborto legal, la anticoncepción gratuita, a la educación sexual y a cualquier otra demanda que fortalezca la autonomía de las mujeres y de la diversidad sexual.

Frente a esta situación nos plantamos nuevamente para defender nuestros derechos, demandando:

  • La separación de la Iglesia y el Estado
  • El cese a la persecución de los compañeros y compañeras docentes que trabajan por la aplicación de la ley de ESI por parte de los grupos fundamentalistas
  • La inclusión de la ESI en la Ley de Educación Nacional 26.206
  • Y la modificación de la ley 26.150 de manera que se garantice el ejercicio de su derecho a todos y todas las estudiantes del territorio argentino.

La Educación Sexual Integral nos propone repensar los vínculos y deconstruir las relaciones desiguales y es una de las herramientas más poderosas con las que contamos para garantizar el ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Volem donar les gracies a L’Associació drets sexuals i reproductius i especialment a la seva coordinadora Silvia Aldavert per donar-nos l’oportunitat d’aportar el nostre gra de sorra des d’aquí en la protecció del dret universal a l’educació sexual per que més educació es menys desigualtats. Gracies.


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